LAS CINCO VENTANAS DE MI APARTAMENTO
Todavía recordamos con nostalgia cuando lo público era un espacio y se entendía como un ámbito diferente de lo privado. Ahora solo asumimos con resignación que lo exterior a invadido lo interior, que lo publico se ha vuelto publicidad y la privacidad su objetivo. Es difícil seguir hablando de lo público como un espacio, y hay que preguntarse si tiene sentido seguir oponiéndolo tajantemente a lo privado.
La articulación entre el complejo público-privado y el Estado-nación ha sido erosionada por la globalización de las tecnologías comunicacionales, por la organización económica y financiera de las empresas, y por la reestructuración transnacionalizada de las "comunidades" de ciudadanos y consumidores. De manera que los ciudadanos no pueden seguir concibiéndose como actores solo dentro de una esfera pública que correspondería a un territorio custodiado por la soberanía del Estado-Nación ( García Canclini, 1998).
Vivo en un apartamento en una de las zonas mas cambiantes de la ciudad de Santo Domingo, en una periferia cualquiera en el mismo borde del polígono central. El poder de las visuales que se ven desde cada una de las ventanas de mi apartamento, enmarca realidades de una cultura global que parece llegó para quedarse y no tiene vuelta atrás. Las tres primeras se refieren a transformaciones que se ejercen sobre el espacio físico y existencial, que además pueden ser cuantificables y ejercen una presión sobre el ambiente urbano y social : La valla publicitaria que supera en superficie cuadrada a mi habitáculo; Las alienantes tipologías infraestructurales como elevados y muros “New Jersey”; Los letreros de “highways” de las empresas transnacionales; Los contrastes entre nuevas instituciones públicas (como los “Malls” versus las calles residenciales y las plazas urbanas). Otras dos se refieren a un “espacio mas suave”, un espacio híbrido que puede ser físico y real pero tambien imaginario y virtual: Los medios masivos de comunicación, Televisión, Internet. Este es un espacio esperanzador en términos políticos, pero que resulta cuestionable que la ciudad sea su futuro habitat ( Buck-Morss, 1997 ).
La quinta ventana nos ofrece una vista interior, es posible que no sepamos que sucederá con la sociedad del futuro, pero si es posible que comprendamos a través de esta visual lo que aspiramos a ser y que ventajas podremos sacar de la sociedad del presente y todas sus oportunidades. Y es esta perspectiva la que debemos obtener a partir de observar a través de las múltiples ventanas – aterrorizadoras y estimulantes a la vez- que nos ofrece un mundo multidimensional, como jamás ha existido.
La historia de nuestro desarrollo social, de generación a generación, ha estado gobernada por diferentes grupos de dominadores. En la primera generación toda la sociedad estaba dominada por Dios, una fuerza invisible omnipotente que gobernaba desde un centro que estaba en todas partes. Después de dominar el mundo por milenios desde un lugar inmaterial el ser supremo transfirió su poder a un ser humano. A partir de este momento desde Genghis Khan hasta Napoleón, el rey dominó el mundo desde su palacio, cediendo mas tarde su autoridad a una tercera generación, la de los empresarios. Para expresar su poder, el empresario construyó una ciudad acercándose a las alturas, gerenciando el mundo desde un rascacielos en Nueva York, Tokyo, Sidney o Hong Kong. Nuestra concepción del mundo pasó de Dios a empresario, de Jardín del Edén a Central Park, de la Acrópolis a la Feria Mundial.
Hoy nos aproximamos a un nuevo dominador, la tecnología materializada en el computador que tiene su espíritu en los medios de comunicación electrónicos, especialmente el Internet. Este nuevo dominador ya construye una ciudad inmaterial tras el cuerpo físico de la pantalla, con sus propios habitantes ( “netizens” ) y sus propias comunidades ( “egroups”, “virtual communities” ). A esta ciudad calificó William Mitchell como “la ciudad de los bits”. Citándolo,
“Esta es una ciudad con raíces en ningún lugar de la tierra, definida por conectividad mas que por accesibilidad y valores de territorios, habitada por sujetos fragmentados y desobjetualizados que existen como una serie de aliases y agentes. Sus lugares serán construidos virtualmente por softwares en lugar de los materiales primitivos de construcción como la piedra o el concreto, y estarán conectados por conectores lógicos mas que por puertas, pasillos y calles”
Las aglomeraciones de millones de personas en entornos urbanos han generado cambios sociales a lo largo del siglo XX. Las ciudades han modificado sus estructuras urbanas para dar cabida a estas nuevas percepciones de la interacción social. La revolución industrial, por ejemplo, no solo dejó de manera más que obvia su huella en la ciudad y en el campo, sino que también llegó al ámbito doméstico aunque la vida cotidiana no se vio afectada profundamente por los adelantos técnicos de la civilización industrial. La Ciudad Global, en cambio, extrae toda la potencialidad del hecho de haber transformado radicalmente la vida doméstica, y de hacerla un participante esencial de sus ámbitos de dominio al implantar en nuestras moradas una serie de conexiones electrónicas que son nuestros únicos posibles “interfaces” con la Ciudad Global.
Ya se nos ha hecho saber que el capitalismo con el advenimiento de la sociedad tecnocrática nos ha llevado a un “estado universal homogéneo” , un momento en el cual una forma final, racional de sociedad y manifestación de Estado triunfan, el capitalismo nos ha vencido en las ideas y la conciencia y falta tan solo su compleción en el mundo real y material.
Uno de los visuales fundamentales que se ve a través de esta ventana, y que intenta apoyar esta posición es aquella de un triunfo de los conceptos económicos sobre los culturales, una dicotomía entre lo cultural y lo económico. Preferimos asumir, en cambio, que lo que parece estar en escena en estos momentos es que los sistemas de producción económica son cultura y que la cultura es producción. Un ejemplo concreto es el de una de las estaciones de gasolina multinacionales que operan en nuestro país que ha adaptado sus programas y actividades a un público comprendido entre los 15-19 años, que han apropiado estos espacios como centros de reunión y no como lugares de servicio.
Otro de los puntos de vista es aquel que pretende de una manera dualista asociar lo político y lo público por un lado y lo económico y privado por el otro. En este contexto, una calle es un espacio público, ya que su manejo y cuidado es responsabilidad de la “colectividad” , y una plaza comercial sería indudablemente un espacio privado. La contradicción es que la calle que se observa desde mi ventana se vive como un espacio privado ya que un vigilante privado controla el acceso del público general y el mantenimiento de las áreas verdes corresponde al grupo de condómines mas que a la municipalidad. Justo frente a la entrada de esta calle hay un Mall comercial, el cual a pesar de ser un espacio gestado a través de una promotora privada, tiene todas las características en términos de uso y servicios que poseería un lugar público.
El marco que contiene esta ventana, apunta hacia la comprensión de que hemos perdido control público del destino de nuestra ciudad. Las relaciones de libre mercado así como el debilitamiento progresivo del dominio del estado-nación ha generado que se trate de transferir el poder político hacia abajo, desde la nación-estado a regiones y grupos subregionales o hacia arriba, hacia empresas y organizaciones transnacionales ( Toffler, 1980 ). Juntas, están conduciendo hacia un fraccionamiento y despolitización del estado en unidades mas pequeñas pero no necesariamente menos poderosas .
“. . . . Aquellos que aceptan este modo de existencia, podrían ser encapsulados y enviados en un cohete al espacio. Tan estrechas sus decisiones, tan limitadas y deficientes sus posibles respuestas. Sin duda nos encontramos frente a La Multitud Solitaria”
Lewis Mumford
Antes del S. XX, la tecnología a la cual la sociedad tenia acceso estaba limitada a las prolongaciones físicas y mentales del ser humano. El caballo y el carruaje, por ejemplo, eran las prolongaciones de sus piernas y la información prevaleciente estaba a la escala de un bloque urbano (una catedral), o a la escala de su mano (un libro). El hombre se forjó a su alrededor un universo a la escala de sus aspiraciones. Sin embargo, el cambio de siglo trajo consigo una obsesión humana por la velocidad, el hombre a través de la aceleración de la tecnología y los sistemas de información ha perdido capacidad de aprehender el mundo que lo rodea. Ahora, la tecnología es tan vasta a la escala mundial, redes globales de comunicación, o tan diminuta a la escala de un microchip, que no entran en la capacidad de aprehensión vivencial de un individuo.
Con la invención de la televisión, el concepto de información, transportación e interacción humana fue cuestionado. Ya no es Mahoma que va a la montaña, sino la montaña que va a Mahoma, ya no es el hombre que se mueve sobre un paisaje inmóvil, sino el paisaje que desfila frente a un hombre sentado. Como establece Joshua Meyrowitz, “ la televisión ha hecho difusa las distinciones tradicionales entre la esfera publica y la esfera privada” . La televisión toma cualquier evento público y lo transforma en un drama que es escenificado en la privacidad de nuestras habitaciones. De esta manera expone a los niños al mundo adulto, la mujer a un mundo que nunca antes se le permitió exponerse y al hombre a dimensiones de su emotividad que nunca había conocido, invirtiendo el concepto de autoridad familiar del ámbito de lo privado al ámbito de lo público.
Pero aunque la consola de televisión aparece ya prácticamente en cada habitación de la casa, en las escuelas, salas de espera, iglesias, esta representa ya un objeto nostálgico. El desarrollo de las computadoras personales ha desplazado gradualmente el poder de la televisión como sistema de información dominante en la familia de finales de siglo y ha traído consigo un nuevo tipo de interacción humana. Mientras la caja de la televisión no posibilita ningún tipo de intercambio interactivo entre observador y observado, la computadora a través del Internet provee esta posibilidad .
Atrás quedaron los toques de queda y dominios dictatoriales, la mano dura del estado que antes podía controlar la población mediante cortes de energía y limitación de información ha perdido su capacidad de dominio, a medida que cada familia con sus propias fuentes de abastecimiento de energía y medios de comunicación masivos puede tener el mismo nivel de soberanía que antes estaba reservado a las naciones. Pero de alguna manera, es posible que nos estemos enfrentando a un nuevo tipo de dominador. Como muy bien apunto Lewis Mumford, “.. los antiguos dictadores mantenían al pueblo bajo control a través de guardias armados y puertas cerradas, ahora el aislamiento doméstico y los sistemas electrónicos de comunicación de masas son un método mucho más efectivo de lograrlo” .
Es posible que después de Hitler y Ronald Reagan hayamos heredado a Microsoft Bill.
La tecnología de la informática, ha provocado que el desarrollo de los sistemas económicos y su primacía en la sociedad se haya acelerado mas que cualquier otro campo. Sus principios han cambiado drásticamente de lo material a lo inmaterial. Cuando Roma estaba en el poder, caravana tras caravana de todos los países del mundo clásico convergían en el Foro. Forzado por la competencia de mercado, los sistemas de intercambio de información y bienes se han desarrollado en una obsesiva competencia por ganarle la carrera al tiempo y la energía. Los principios económicos tradicionales de producción y distribución material entendidas en su sentido clásico, ya no son suficientes para describir o guiar la dinámica de nuestro compleja “sociedad de la información”.
Como resultado de la comunicación y el desarrollo de las computadoras, más actividades económicas se han “inmaterializado” en el ciberespacio. El mercado de valores ya no es el lugar de verdadero intercambio de los economistas, las ordenes de compra y venta entran electrónicamente en el sistema, los precios son definidos por un proceso computacional que combina las ordenes que entran de manera aleatoria, los participantes del mercado son notificados, la verificación se envía al Chicago Board of Trade, donde las cuentas de los vendedores y los compradores son ajustadas. Toda esta información, que mueve billones de dólares e intereses que superan en importancia relativa los problemas políticos que pueden ocurrir entre países, ocurre tras el espacio “inmaterial” de la pantalla.
Sin duda alguna, como advertíamos al principio, nuestros sentidos se han multiplicado por la velocidad de los aviones supersónicos, los rayos x, el radar, los radiotelescopios, la televisión submarina, la fotografía y muy recientemente el Internet. Nuestro territorio, nuestro espacio perceptible es ya el planeta, y pronto el sistema solar. Pero nosotros continuamos apegados al territorio ( y sus implicaciones soberanas ) como el ser primitivo a su propiedad. Si los progresos efectuados durante este siglo son mas vastos y profundos que los realizados en diez mil años, es precisamente porque antes los medios de comunicación no permitían más que un débil intercambio entre naciones. En este sentido, entra una de las mas fabulosas paradojas y contradicciones del anacronismo de la política ( antiguo enfoque de la diplomacia ), el prejuicio de las fronteras. Todas las tecnologías de que dispone hoy el hombre atraviesan ya las fronteras ( la TV, la radio, el teléfono, el Internet ); La única que se obstina en no franquearlas es precisamente la comprensión humana.
Afortunadamente, hoy los medios de comunicación electrónica traman a través de la tierra una red inmensa y multidimensional a la que cada individuo está ligado de una manera o de otra, no importa su nacionalidad, género, raza o status social. Nuestro planeta se ve poco a poco, reducido a un común denominador electrónico y nuestras vidas se ven sometidas a una unificación planetaria nivelada por una misma tecnología, que igual que los ceremoniales religiosos y principescos, cada día ordena sus códigos éticos y autoritarios.
La validez y optimismo de este análisis no tendría tanta credibilidad si no advirtiéramos también de las consecuencias de la práctica de la “multitud solitaria”. La cual fue anticipada por Tocqueville en “ Democracia en América”, cuando trató de trazar nuevas posibilidades en que el despotismo podría emerger en el mundo. La primera cosa que llamaría su atención es
“. . . . un incontable número de hombres, todos iguales, que de una manera obsesiva producen las cosas superficiales con las que llenan su vida. Cada uno de ellos viviendo separadamente, un extraño para todo el resto- sus niños y amigos privados constituyen toda la humanidad para ellos. En cuanto al resto de sus conciudadanos, el esta cerca de ellos, pero no los ve; Los toca, pero no los siente; El existe en él y para él solo; Parece ser que ha perdido su país” .
“El hombre será incomparablemente mas fuerte, mas sabio y mas perceptivo. Su cuerpo se tornará mas armonioso; sus movimientos mas ritmicos, su voz mas melodiosa. Sus formas de vida adquirirán una calidad intensamente dramática. El hombre medio alcanzará el nivel de un Aristóteles, de un Goethe, de un Marx”
Alvin Toffler
En el mundo de la unificación planetaria, de la transculturización del mundo, de “las multitudes solitarias”, un nuevo reto se nos presenta. A pesar de toda esta aparente estandarización, nuestras ideologías nunca estuvieron mas divididas. “Mientras nuestros medios de intercambio al abolir espacio y tiempo unifican al planeta, mas el pensamiento humano, sus dogmas y finalidades se desmenuzan en bloques y grupos hostiles y contradictorios” .
Al llegar a la “era de las infinitas conclusiones” parecería ser que las estructuras de poder han cedido su dominio sobre la transmisión de información de la colectividad a el individuo, pasando de un estado de “conciencia monolítica” a una “conciencia modular” . La desmasificación de los medios de comunicación presenta una deslumbrante diversidad de modelos y estilos de vida con los cuales compararse. Pero la realidad es que no se nos suministra una imagen identataria formada, mas bien una serie de quebrados fragmentos y destellos de imágenes.
Por primera vez la idea de “imagen pública” ha sido transferida a un individuo. El ser humano ha adquirido una personalidad múltiple, que actúa tanto en una dimensión real como en una virtual. Haciendo mas porosa la relación que existe entre vida pública y nuestro vida privada. Esta porosidad es mas que manifiesta cuando dos de los acontecimientos mas espectaculares y de mas alto rating entre los “netizens” fueron el nacimiento de un bebé “online” y la primera relación sexual de una “virgen”. Y otra es la importancia que reviste la vida privada de las personalidades públicas, Pee Wee Herman, Bill Clinton, Jimmy Swaggart, Michael Jackson. Un momento de la existencia de la vida pública en que a “Paula Jones” y a “Dow Jones” se les facilita entrar en conflicto.
Dios, la fuerza invisible y ordenador principal de la primera generación o de la primera ola, fue capaz de destruir la mítica Torre de Babel a partir de la multiplicidad de lenguajes, lo que hacía imposible la comunicación. La nueva fuerza invisible, nos ofrece tantos posibles canales de comunicación que es necesario configurar un modelo de personalidad para cada uno de ellos, y esto terminará por destruir al individuo mismo.
De la misma manera en que la fragmentación de las naciones nos esta llevando irremediablemente a la disolución de las fronteras físicas y al cuestionamiento de las soberanías, y que la fragmentación del concepto de vida doméstica nos está llevando a la transgresión de las esferas privadas por las influencias públicas y al cuestionamiento de la autoridad paterna, en ese mismo orden de progresión deberá cuestionarse la personalidad individual, a partir de todas las esferas de conocimiento a las que tiene acceso el individuo, de todos los cuerpos virtuales que puede poseer, y de las múltiples imágenes de si mismo que puede proyectar mediáticamente al mundo. En otras palabras, el hombre ha adquirido una mayor complejidad del “yo” que cuanta persona haya existido jamás.
El comisionado Bangemann al final de su famoso discurso ante la comisión europea nos exhortaba a no dejarnos confundir y que entendieramos que la “Sociedad de la Información” nos permitirá lograr el sueño de una “sociedad civil ilustrada” con mas libertad y racionalidad individual. Y que una mala comprensión de las finalidades de esta sociedad nos podría llevar a su fracaso, empezando por entender que de hecho esta no ha venido a sustituir el contacto humano cara a cara, mas bien a complementarlo.
Pero como toda otra visión esta también puede fallar, y la noche que esto suceda no debe hallarnos con las cortinas de nuestros departamentos cerradas esperando que el jueves se terminen los apagones.
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