TRES DE RAFAEL ARRAIZ LUCCA
CASA DE CIUDAD
AL FIN termino por entender
que yo amo esta ciudad hasta la rabia:
es tierra y abono para la nostalgia.
Benditos constructores que no dejan ni una casa,
amadisimos urbanistas paisajistas
que siempre cambian los bancos de las plazas
] nada conserva su nombre y lo agradezco de todo corazon [,
que nada se acerque a la eternidad,
que la ciudad que conozco no la conozcan mis hijos,
que nunca rodemos por la misma calle,
que la nostalgia se construya todas las quincenas.
URBANIZACION
ESTAN organizando el mundo
]mas alla de mi ventana[:
calles y aceras sembradas,
hileras de postes para la luz,
el laberinto de tubos
para el destino de las aguas
y una redonda bordeada
por el caracter de los chaguaramos.
Aun no ha surgido el primer edificio
y me detengo a observar los tractores
haciendo de los relieves de una loma
una parcela de cinco mil metros.
Intuyo los empalmes de unas vias
con otra de urbanizaciones anteriores.
Tanto me gustan estos comienzos
que quisiera dejarlos asi:
Con la casa que imagine en aquella punta,
sus tejas, sus patios
y la fila de trinitarias.
Las gentes por las tardes
vienen a recorrer estas reticulas
y les veo en los ojos su pregunta:
Por que no dejan estas calles sin proposito?
Donde haya un movimiento de tierra
estare yo,
mirando los tractores.
MALECON
LEJOS, a la derecha,
unas velas blancas remontan las olas.
Cerca, un hombre saborea
unos calamares en su tinta.
Mira el mar y recuerda
las muchas veces que lo ha visto
desde la costa.
Las gaviotas bajan, aleteando,
para posarse sobre las rocas.
]El hombre sigue mirando al mar[,
el hombre no olvida,
unas gotas saladas caen sobre los calamares.
Lejos, a la izquierda,
unas velas blancas remontan las olas.
Rafael Arraiz Lucca, Antologia Poetica, Monte Avila editores, Caracas, 1999
Casa de Ciudad, fotografia tomada en Port of Spain Trinidad.
Urbanizacion, imagen de Andrea Giovannini
Malecon, fotografia tomada en Gallipoli, Italia.
AL FIN termino por entender
que yo amo esta ciudad hasta la rabia:
es tierra y abono para la nostalgia.
Benditos constructores que no dejan ni una casa,
amadisimos urbanistas paisajistas
que siempre cambian los bancos de las plazas
] nada conserva su nombre y lo agradezco de todo corazon [,
que nada se acerque a la eternidad,
que la ciudad que conozco no la conozcan mis hijos,
que nunca rodemos por la misma calle,
que la nostalgia se construya todas las quincenas.
URBANIZACION
ESTAN organizando el mundo
]mas alla de mi ventana[:
calles y aceras sembradas,
hileras de postes para la luz,
el laberinto de tubos
para el destino de las aguas
y una redonda bordeada
por el caracter de los chaguaramos.
Aun no ha surgido el primer edificio
y me detengo a observar los tractores
haciendo de los relieves de una loma
una parcela de cinco mil metros.
Intuyo los empalmes de unas vias
con otra de urbanizaciones anteriores.
Tanto me gustan estos comienzos
que quisiera dejarlos asi:
Con la casa que imagine en aquella punta,
sus tejas, sus patios
y la fila de trinitarias.
Las gentes por las tardes
vienen a recorrer estas reticulas
y les veo en los ojos su pregunta:
Por que no dejan estas calles sin proposito?
Donde haya un movimiento de tierra
estare yo,
mirando los tractores.
MALECON
LEJOS, a la derecha,
unas velas blancas remontan las olas.
Cerca, un hombre saborea
unos calamares en su tinta.
Mira el mar y recuerda
las muchas veces que lo ha visto
desde la costa.
Las gaviotas bajan, aleteando,
para posarse sobre las rocas.
]El hombre sigue mirando al mar[,
el hombre no olvida,
unas gotas saladas caen sobre los calamares.
Lejos, a la izquierda,
unas velas blancas remontan las olas.
Rafael Arraiz Lucca, Antologia Poetica, Monte Avila editores, Caracas, 1999
Casa de Ciudad, fotografia tomada en Port of Spain Trinidad.
Urbanizacion, imagen de Andrea Giovannini
Malecon, fotografia tomada en Gallipoli, Italia.